El precio del gas continúa disparado y hay quienes deciden que es el momento de buscar alternativas para las calderas de gas. Una de esas alternativas es la aerotermia (de la cuál ya tenemos un post explicándola aquí) o la geotermia. En el post de hoy os contaremos qué es la geotermia exactamente y en qué consiste y por qué la geotermia es la alternativa más eficiente al gas natural.
¿Qué es la Geotermia?
La energía geotérmica es un sistema de energía renovable en forma de calor situada bajo la superficie sólida de la tierra.
Como bien sabemos, la tierra tiene un calor interno que emite desde el núcleo hasta las capas más externas. La variación de temperatura según nos acercamos al núcleo se conoce como gradiente geotérmico, y este aumenta en un promedio de 25-30ºC por cada kilómetro de profundidad.
¿Cómo funciona la energía geotérmica?
La energía geotérmica funciona de varias formas según el yacimiento y las necesidades del usuario o industria. Si la temperatura del suelo es más elevada, se podrá obtener más partido de él, como por ejemplo convertir esa energía calorífica en electricidad. Mientras que otros tipos de energía geotérmica con menos gradiente geotérmico tiene otros usos.
En los yacimientos de vapor en superficie de alta temperatura se utilizan turbinas para generar electricidad. Cuando no existe este tipo de abertura, se utilizan tuberías rellenas de liquido anticongelante, que absorbe el calor de la tierra llevándolo así a los hogares.
En los yacimientos de baja temperatura se utiliza una bomba de calor geotérmica para multiplicar el calor que se recoge del subsuelo, no teniendo que transformar la energía.
¿Y para uso doméstico?
Pensad que a 100 metros de profundidad hay entre 15-20ºC. Esa temperatura puede ser usada para la generación de calor en invierno, debido a que el subsuelo está más caliente que la temperatura ambiente y, para la generación de frío en verano, ya que el subsuelo posee una temperatura más baja que el exterior en esa época del año.
Te preguntarás cómo se obtiene ese calor, pues es más fácil de lo que parece. Para hacernos con el calor de la tierra es necesario excavar y enterrar unas sondas de captación, es decir, unas tuberías de polietileno con líquido caloportador que normalmente está compuesto por agua y glicol. La profundidad a la que hay que enterrar estas sondas depende del tipo de vivienda y de terreno.
Este líquido entra en el suelo a través de las sondas o tuberías, ahí absorbe el calor del suelo y se dirige a la bomba de calor geotérmica. Aquí el líquido cede su calor a un fluido que está más frío y que al aumentar su temperatura se evapora y pasa por un condensador que aumenta su presión y temperatura, pudiendo así calentar el suelo radiante de la casa o el sistema de ACS.
¿Geotermia o gas natural?
La instalación de gas natural funciona mediante el proceso de combustión por lo que necesita una canalización de combustible hasta la vivienda para generar calor. En cambio, la geotermia no requiere de combustibles ya que extrae el calor del subsuelo.
La mayoría de las personas todavía prefieren la instalación de gas natural. La instalación de geotermia tarda más de 15 años en ser amortizada y requiere de una alta inversión inicial. Inversión también debida a los pocos años que lleva la geotermia entre nosotros. Además, la geotermia no puede ser instalada en todos los lugares, mientras que la red de gas natural cubre la gran parte del territorio español.
Como conclusión, es importante saber que la energía geotérmica es una de las energías renovables más eficientes. Es aprovechable en cualquier lugar del planeta, 24 horas al día, 365 días al año.
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